En La Cabaña, una repentina excursión
familiar de Mackenzie Philips con sus hijos se convierte en tragedia. Por culpa
de un hecho fortuito en el lago (de esos sucesos que siempre te preguntarás que
pasaría si no hubiese ocurrido…) la hija pequeña de Mack, Missy, es raptada por
un asesino en serie. Todo se torna en desgracia a partir de entonces y Mack
decide romper su pacto de fe con Dios. Muchos años después, un día duro de
invierno, cuando las casas quedan aisladas de toda civilización, Mack recoge una
nota de su buzón. Un tal <<Papá>>, le invita a reunirse con él en la
cabaña. Dos curiosidades nos revelaran los detalles de la apasionante trama que
llega a continuación: Uno, la cabaña es aquella donde se encontraron los últimos
restos de Missy; o sea, el purgatorio de Mackenzie Philips, el lugar maldito de
un hombre para el resto de sus días. Y dos, Nan, la mujer del protagonista y
madre de los niños, siempre se refería a Dios como <<Papá>>. Es
decir, ¿Dios le está invitando a una cita?
A pesar de lo aparentemente absurdo de la
situación, los hechos se desencadenan de forma magistral y cada capitulo se va
volviendo más y más interesante a menudo que el libro avanza. La novela tiene
justas las páginas, no se excede ni un ápice. No llena de paja nuestra
imaginación con conversaciones banales, pensamientos o descripciones por
doquier. Amena, es una palabra que definiría bastante bien esta historia. Idea
que navegó largo tiempo en la imaginación del autor, el cual explica los
pormenores de la historia y sus deseos respecto a ella, en artículo final
denominado La historia detrás de La Cabaña.
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